



Como ya he explicado, anteriormente, mi imaginación era desbordante. Siempre jugando sóla, pues había una gran diferencia de edad con mis hermanos, y creandome un mundo lleno de música y de color. Fue cuando ví la pelicula de Laurence de Arabia, cuando empezé a soñar con un principe de las mil y una noches. Antes, ya había tenido novio, pero muchacho que llegó a mi vida, era guapo, pelirrojo, simpático y de una lejana, lejanísima tierra: Siria. Aquel hombre me abrumó con su acento extranjero, con su gran sentido del humor, con sus historias de grandes poetas y filosofos árabes, y ante todo, porque también era un artista. De hecho, durante nuestro noviazgo, estudiamos en la misma escuela de pintura: San Carlos.



Recuerdo que mi padre me advirtió: "¡¡¡Comerás piedras!!!" y cuando me despedí de mi hermana y de él en la estación, rompí a llorar y pensé: "¿Que he hecho?...." En verdad, tragué tierra a montones, chinches y miseria, pero nunca me arrepentiré de haberme casado con Fahed, pues gracias a él obtuve grandes amigos sirios, mi gran amor por el mundo árabe, conocí perfectamente el idioma y su cultura, me integré a la perfección...y lo más importante que me ha sucedido en mi vida: me dió dos hermosísimas niñas pelirrojas.
1 comentario:
hola soy majose,bueno..m ha encantado tu blog angela!!es divino...i sobretodo superinteresante!!!!me gustaria ke pusieras mas cosas sobre tu vida i tus trabajos.Espero fervientemente noticias sobre tu blog!! majose
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