jueves, 11 de diciembre de 2008

MIS PRIMEROS CONTÁCTOS CON EL MUNDO ÁRABE























































Como ya he explicado, anteriormente, mi imaginación era desbordante. Siempre jugando sóla, pues había una gran diferencia de edad con mis hermanos, y creandome un mundo lleno de música y de color. Fue cuando ví la pelicula de Laurence de Arabia, cuando empezé a soñar con un principe de las mil y una noches. Antes, ya había tenido novio, pero muchacho que llegó a mi vida, era guapo, pelirrojo, simpático y de una lejana, lejanísima tierra: Siria. Aquel hombre me abrumó con su acento extranjero, con su gran sentido del humor, con sus historias de grandes poetas y filosofos árabes, y ante todo, porque también era un artista. De hecho, durante nuestro noviazgo, estudiamos en la misma escuela de pintura: San Carlos.






























Recuerdo que mi padre me advirtió: "¡¡¡Comerás piedras!!!" y cuando me despedí de mi hermana y de él en la estación, rompí a llorar y pensé: "¿Que he hecho?...." En verdad, tragué tierra a montones, chinches y miseria, pero nunca me arrepentiré de haberme casado con Fahed, pues gracias a él obtuve grandes amigos sirios, mi gran amor por el mundo árabe, conocí perfectamente el idioma y su cultura, me integré a la perfección...y lo más importante que me ha sucedido en mi vida: me dió dos hermosísimas niñas pelirrojas.









El cuadro de arriba es muy importante para mí, ya que está dedicado a Abdul Ahab, cantante famosísimo egipcio. Recuerdo que lo conocí en la cubierta del Karadeniz, un barco turco que hacía todo el recorrido por el mediterraneo hasta Turquía. Abdul Ahab, llamó mi atención por su elegancia, su forma de vestir, siempre de blanco inmaculado, y por su puesto su cálida voz. La voz del desierto.




miércoles, 22 de octubre de 2008

LOS COMIENZOS





MI INFANCIA:

Nací en Valencia, tierra de naranjos, en una época difícil para todos los españoles. Siendo la más pequeña de mis hermanos y tras el fallecimiento temprano de mi madre (cuando sólo contaba con 16 años) hicieron de mí, una persona independiente y con grandísimas dosis de imaginación.




Teníamos una casa de campo en Cofrentes y allí jugaba sóla y me divertía con mi gato pelirrojo (de ahí mi entusiasmo por estos felinos maravillosos); pero lo que más me gustaba era pintar. Así pues, pasaba largas horas en el campo, sentada en el suelo, y dibujando, con unas simples ramitas, todo lo que me rodeaba.



(vista del Castillo de Cofréntes)

Después vinieron los lápices...lo que más me gustaba era pintar a los actores y actrices famosos de la época. Jamás calcaba y a lo 11 o 12 años (allá por el año 1953) pintaba así:
Las fotos no son muy buenas porque las ha hecho mi hija ( aquí presente), Fosía ( Fawsia: http://fawsia.blogspot.com/), con el móvil, pero bueno, se aprecia la gracia natural de una pintora innata.




















Esta última foto es un retrato de mi hermana un día que estaba enferma en la cama.






Mi juventud estuvo llena de salud, de campo, de música y cine, pero todo ello sin mi madre...Lo aprendí todo sóla y me arriesgué sola. Realmente, no puedo arrepentirme de nada en la vida, pues todas mis vivencias y equivocaciones han sido libremente elegidas. Me casé con el hombre al que amaba y me amaba, y gané a cambio mucha sabiduría.










(mi madre)